23 de abril de 2011

Y por qué son las emociones tan dispares y a la vez tan iguales; de esa manera en la que puedes odiar a alguien al que has amado, en la que la ira se convierte en lágrimas, o cuando el momento más feliz de tu vida te hace llorar; en esos momentos en los que estás en la cima y una sola palabra puede hacerte caer hasta el mismísimo infierno.

¿Acaso no has confundido la risa con el sollozo?

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