11 de febrero de 2011

Ponle nombre a esta noche y haz que sea eterna.
Quiero poder recordarla hasta que no haya fin y seguir sintiendo el tacto de tus manos hasta la misma hora de mi muerte. Necesito poder aspirar el olor que desprendes en el final de mis días, y no quiero olvidar el sabor de tus labios hasta el momento en el que no pueda volver a abrir los ojos.
Quiero sumirme en la intensidad de la oscuridad y mezclarme con la pasión de la atmosfera de esa habitación. Hasta que no distingamos de quién es el sudor y nos abrasemos al tocarnos.
Respirar lo que tu expiras y vivir por momentos del oxigeno que tu cuerpo rechaza.

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