Incertidumbre, ¿por qué has de quemarme por dentro?,¿por qué me tienes siempre colgando de un hilo, como balanceándome sobre el abismo de la duda?
Incertidumbre, cuéntame ¿por qué estas tan ligada al dolor?...
Dime incertidumbre, ¿de donde sacas las fuerzas? ¿Acaso te alimentas de amargura?, explícame, por favor, dónde guardas las energías…
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Podría parecer casualidad, pero es mi mayor enemiga. El saber algo al menos te permite guiar tu camino y virar hacia una u otra dirección. Por su culpa permaneces en la bifurcación... Esperando. Y el tiempo pasa inexorable, y te sientes cada vez más pesado y las lágrimas encharcan el único lugar que siente tu presencia y te consuela. Ese sitio que ha presenciado tu dolor menos visible pero más agudo...
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